El sol iluminaba sus pupilas cegando todo aquello que estaba a más de medio metro de sus ojos, la brisa hacía que sus cabellos bailasen, y la marea que subía mojaba sus pies y parte de la toalla. Pero a ellos no les importaba; se besaban apasionadamente sin reparar a lo que tenían alrededor; como si toda la playa fuera para ellos. No podían creer que tras pasar todo el mes de julio en aquel pueblo mallorquí, tuvieran que separarse para probablemente no volverse a ver. Habían vivido nuevas experiencias, momentos irrepetibles e instantes inolvidables. Y una cosa tenían clara, nunca olvidarían aquel amor de verano.
Photography Images
Lei tu anterior entrada y me gusta tu blog te sigo :))
ResponderEliminarAmores de verano... muy tierna la entrada!
ResponderEliminarQue entrada más bonita :)
ResponderEliminarMe gusta mucho el royo de tu blog, un beso!