Voy a confesarme

Debo de ser increíblemente tonta, estúpida, lerda, o llámalo X. Me sorprendo a mi misma cuando me doy cuenta de que no hago más que pensar en tí, o cuando admito que te tengo constantemente en mi mente, por muy despistada que sea, o por muchos otros temas, mucho más importantes que tú, tenga presentes. Sé que nunca leerás esto; en realidad, por eso soy capaz de escribirlo. Nunca me dijeron que fuera una gran literaria. Vamos, no noy ni periodista, ni escritora, ni nada por el estilo, pero me desahogo escribiendo. Y ahora necesito hacerlo. Pero volviendo al tema, supongo que tienen razón cuando dicen que los chicos con éxito no merecen la pena, o cuando dicen que no hay cosa peor que añorar lo que nunca ocurrió. Pero tú me diste esperanzas, y eso no puedes negarlo.