Seguidores

sábado, 7 de mayo de 2011

No actuó bien y no para de darle vueltas a la cabeza.Había quedado con el chico que le gustaba y llegó media hora tarde. Cuando llegó, él ya se había marchado.

Lo llamó por la mañana nada más abrir los ojos:
-Perdón. Bebí y no sabía la hora que era. Miré el móvil y no tenía llamadas tuyas, asi que te llamé y lo tenías apagado.
-No pasa nada. Esperé un cuarto de hora y me fui a casa.
La decepcionó. Ella hubiera esperado horas y horas hasta que él llegara; o al menos, se hubiera dignado a llamarlo.

Dos meses después ella cree que sigue sintiendo lo mismo por él. Pero no se da cuenta de que lo que le queda es esa obsesión eterna por conseguir lo que hace daño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario